martes, 5 de mayo de 2015





En esa isla, entre tanto trabajo que hacia Robinson todos los días; de cortar madera, traer comida, cazar, etc. encontró una biblia la cual leía constantemente.

Ya había transcurrido cerca de una año y medio. Robinson estaba triste, subió a una colina y sin que nadie lo pueda ver con su anteojo pudo observar que no menos de 30 encendieron una fogata, también pudo ver que dos pobres hombres eran llevados por las personas de la fogata al lugar de sacrificio.
Cuando ya habían matado al primer hombre el otro que estaba esperando su turno  vio un poco de libertad y salio disparado corriendo y a su tras dos salvajes para llevárselo de nuevo.

Robinson estaba temeroso pues todos ellos se dirigían hacia la colina donde estaba su hogar.


                                      

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